Los argentinos nos caracterizamos por como hablamos, eso es bien sabido pero a nadie se le ocurriría que esa misma habilidad de hablar como... argentinos nos podría salvar, a nadie menos a Emilio Rodrigué, autor del cuento que analizaré ahora.
Los Xontl eran, galácticamente hablando, una especie muy especial en el cosmos. su potencia intelectual no tenía rival, de no ser así no estarían, en esta mañana de Julio, a cientos de miles de años luz de su planeta natal. Ellos eran una raza que, por así decirlo, mamaban matemáticas. Los Xontl balbuceaban ecuaciones en baberos topológicos. Sus bancos de memoria iban más allá de la memoria, Tenían además, una capacidad de atención tremenda. Trituraban lo táctico con su atención. Ellos eran muy inteligentes, eso es sabido, pero los argentinos eramos demasiado para ellos. Ellos podían ser mejores en táctica de guerra, en analizar matemáticamente algo, en viajara rápido por el espacio, peor nosotros eramos mejores parlanchines. En nuestra forma de hablar somos los reyes de universo.
Los Xontl podrán ser lo que quieran pero su única debilidad es que toman todo literal, no entienden sarcasmo, ironía, juegos de palabras, o para resumirlo, no entienden el idioma argentino. Eso los llevo a querer investigarnos para luego saber como liquidarnos y dominarnos... algo que no sirvió gracias al glorioso idioma argentino. quizás si no hubieran confundido nuestra posición geográfica con una flecha apuntando al polo, ellos hubieran caído en otro país distinto en cuanto al habla y terminarían por dominar el planeta por que otros países no tienen "los blip blip bien puestos"
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